¿Qué es el Acoso Escolar?
Es una forma de violencia entre compañeros en la que uno o varios alumnos molestan y agreden de
manera constante y repetida a uno o varios compañeros, quienes no pueden defenderse de manera
efectiva y generalmente están en una posición de desventaja o inferioridad.
El acoso escolar puede causar daños físicos, sociales o emocionales en quienes lo sufren. Los
estudiantes que son víctimas de acoso escolar no suelen defenderse, al principio creen que
ignorando a sus agresores, el acoso se detendrá. Tampoco suelen decir a sus padres y maestros
que están siendo acosados por temor. Por ello es necesario generar en la familia apertura para que
los hijos nos cuenten lo que ocurre en la escuela e intervenir para detenerlo.
¿Quiénes participan en situaciones de Acoso Escolar?
En el acoso escolar intervienen: los agresores,
las víctimas y los testigos, es decir los alumnos,
docentes u otros miembros de la comunidad
escolar que presencian las agresiones hacia las
víctimas. Estos últimos juegan un papel muy
importante pues suelen estimular las agresiones,
cuando se ríen, aplauden, felicitan a los
agresores o por el contrario apoyando a las
víctimas, denunciando el acoso.
La colaboración entre la familia y la escuela.
Los hijos son reflejo de los padres por eso reconocemos que es
en el hogar donde aprenden a convivir y a comportarse de
acuerdo a ciertos valores que la familia le ha transmitido.
Pero la familia no es la única responsable de formar a los niños y
las niñas para que desarrollen su potencial y puedan ser
personas de bien. Familia y escuela comparten la
responsabilidad de educar a la infancia. Uniendo esfuerzos se
puede prevenir y corregir las faltas de respeto y el
comportamiento violento de niñas, niños y adolescentes.
Para detectar y atender los problemas de indisciplina,
vandalismo y otras formas de violencia, las familias deben
colaborar directamente con la escuela de sus hijos y participar
en las actividades realizadas por el Consejo Escolar de
Participación Social a través del comité para el desaliento de las
prácticas que generan violencia entre pares.